Eco-noticias

La atmósfera y el efecto invernadero – La atmósfera de la Tierra está constituida por una mezcla de gases que rodean la superficie terrestre. La composición y la estructura de la atmósfera son el resultado de la larga evolución de nuestro planeta. Los principales gases que la componen son: el nitrógeno (78%), el oxígeno (21%), el argón (0’93%), el dióxido de carbono (0’03%) y otros gases como el helio, el hidrógeno o el neón (0’01%) También encontramos partículas en suspensión (como polvo, polen o cenizas volcánicas) y otros compuestos procedentes de actividades humanas como los óxidos de nitrógeno y los óxidos de azufre. Las sustancias presentes en la atmósfera en concentraciones superiores a las normales (tanto si tienen un origen natural como antropogénico) se denominan contaminantes.

El efecto invernadero es un fenómeno natural que permite que se den las condiciones de temperatura adecuadas para el desarrollo de la vida en la Tierra. Como capa externa de este planeta, la atmósfera recibe la radiación procedente del Sol. Éste emite radiación con longitudes de ola diferentes: radiación ultravioleta (absorbida, en parte, por el ozono estratosférico antes de que llegue a la superficie terrestre), radiación visible (que pasa a través de la atmósfera y recibimos en la superficie terrestre como luz) y la radiación infrarroja (que cruza la atmósfera y recibimos en forma de calor).

Los rayos infrarrojos son absorbidos principalmente por el dióxido de carbono y el vapor de agua de la atmósfera. De la radiación que llega a la superficie terrestre, un parte se retiene y la otra se reemite a la atmósfera en forma de calor. Este calor es captado, de nuevo, por el dióxido de carbono y el vapor de agua atmosférico, generando el denominado efecto invernadero.

Los gases con efecto invernadero, es decir, aquellos que tienen la capacidad de absorber y reemitir la radiación infrarroja, son principalmente el dióxido de carbono y el vapor de agua. Pero hay otros gases que contribuyen al efecto invernadero como el metano, el óxido nitroso y otros compuestos sintéticos procedentes de las actividades humanas que no se encuentran de forma natural en la atmósfera, como los halocarbonos y el hexafluoruro de azufre.

¿Qué es el cambio climático? – Actualmente, la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero ha aumentado y, por lo tanto, ha aumentado también la capacidad de retención del calor. Esto ha modificado el balance energético global y ha producido un aumento de la temperatura mediana del planeta.

En los últimos años, muchos estudios científicos han coincidido en señalar la relación entre el aumento de la concentración de gases con efecto invernadero en la atmósfera y el aumento de las temperaturas. Actualmente, la concentración de dióxido de carbono (principal gas de efecto invernadero) ha alcanzado el punto más elevado en 400.000 años.

Hoy en día, hay un amplio consenso científico que demuestra que el calentamiento de la Tierra está impulsado por las actividades humanas. El año 1998, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial crearon el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPPC, en sus siglas en inglés), una red de expertos de todas partes del mundo que tiene el objetivo de valorar la información científica sobre el cambio climático, determinar los posibles efectos y buscar estrategias de respuesta. La IPCC señaló, en el tercer informe de valoración, el año 2001, que el aumento de la temperatura de la Tierra durante los últimos 50 años es consecuencia de las actividades humanas.

¿Cuáles son las causas? – La emisión a la atmósfera de gases que tienen efecto invernadero ha existido siempre, por ejemplo, a través de las erupciones volcánicas. Otros fenómenos que contribuyen al efecto invernadero son las tormentas de arena, que también aumentan la retención de radiaciones infrarrojas. De cualquiera manera, son fuentes puntuales no muy prolongadas y los gases y las partículas emitidas en estos episodios pueden ser absorbidos por los propios ecosistemas del planeta.

Por otra parte, desde los inicios de la revolución industrial, la humanidad no ha dejado de emitir diversos gases de efecto invernadero, especialmente dióxido de carbono. Estas emisiones han sido constantes en el tiempo, y crecientes en cantidad por la combustión de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural). Hoy en día, los combustibles fósiles son la principal fuente energética y aportan el 80% de la energía consumida en el mundo. Las emisiones causadas por la actividad humana han hecho aumentar una tercera parte las concentraciones de dióxido de carbono a la atmósfera y amenazan con desestabilizar el clima del planeta. Actualmente, el gran reto es parar las emisiones producidas por el transporte, que crecen fuertemente por el incremento del transporte por carretera, y construir un sistema eléctrico que tenga unas fuentes de producción más diversificadas y menos contaminantes.

¿Qué consecuencias tiene? – Las consecuencias de un progresivo calentamiento de la atmósfera son desconocidas y tampoco hay un consenso de como puede afectar al planeta y a las diferentes grandes regiones. Se prevé que pueda haber dos tipo de consecuencias:

A corto plazo, se prevén desórdenes climáticos y un aumento de los extremos climáticos (sequías, inundaciones).

A largo plazo, algunas de las consecuencias previsibles son:

– el aumento del nivel del mar
– la intensificación de las tormentas con variaciones de los regímenes de precipitaciones
– un incremento de los episodios de sequías y de inundaciones
– la disminución de los glaciares y de los casquetes polares.

Como consecuencias indirectas hay, entre otras:

– la extensión de enfermedades típicamente tropicales por el cambio de los regímenes climáticos
– La pérdida de biodiversidad por la desaparición de algunos hábitats o la incapacidad de muchas especies de adaptarse a los cambios.

El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático prevé que, entre 1990 y 2100, la media de temperatura de la superficie de la Tierra aumentará entre 1’4 y 5’8 grados, y que el nivel del mar subirá entre 9 y 88 centímetros.

¿Afecta a todo el mundo del mismo modo? – Los impactos directos de los fenómenos meteorológicos extremos podan ser muy catastróficos, pero no todo el mundo sale igual de malparado. Los pobres están mucho más desvalidos: de entrada, no tienen capacidad de previsión y asumen situaciones de gran vulnerabilidad; por ejemplo, los barrios marginales de las grandes ciudades de países en desarrollo se acaban levantando en torrentes o lechos de ríos, con construcciones muy débiles, o en faldas de montañas fuertemente erosionadas por la desforestación. Una previsión adecuada evitaría muchos males: por ejemplo, los huracanes tropicales que afectan el Caribe pueden provocar miles de muertes en países centroamericanos (como pasó en Honduras en el caso del huracán Mitch) o una decena de muertes en los Estado Unidos de América, sólo por la previsión y la capacidad de tomar medidas preventivas.

Durante este tipo de episodios, los recursos son desproporcionadamente diferentes: la capacidad de información a la población para que tome las medidas adecuadas, los servicios de seguridad y la atención a la gente en situación más crítica, la posibilidad de facilitar alimento, los servicios mínimos a la población aislada los días siguientes, y los servicios médicos disponibles son radicalmente desiguales.

Una vez pasada la catástrofe, los países ricos tienen capacidad financiera para recuperarse y quizás tienen que posponer algunos proyectos, pero la normalidad se puede recuperar en relativamente poco tiempo. Los países en desarrollo no pueden emprender las medidas mínimas para volver a la normalidad (por precaria que fuera anteriormente), y la catástrofe sume a la población en una situación de pobreza y de vulnerabilidad mayor.

¿Qué alternativas hay? – En primer lugar, se tiene que pensar en un nuevo modelo energético diversificado que haga servir muchas fuentes, descentralizado y próximo. Es decir, en base a centrales no muy grandes, próximas a los lugares de consumo y conectadas a la red eléctrica, de manera que el paro de una central no afecte a todo el sistema y las fuentes puedan ser intercambiables entre ellas. Este sistema proporcionaría, además, una mayor fiabilidad en el abastecimiento de energía, indispensable en nuestra sociedad.

Esto quiere decir que se tiene que potenciar un nuevo modelo energético que sustituya el consumo de combustibles fósiles por el uso de fuentes de energía renovables capaces de generar energía limpia y no contaminante. Actualmente, el modelo energético depende fundamentalmente de dos fuentes (el carbón y los derivados del petróleo) que, además, son agotables.

De entrada, la energía eólica es competitiva económicamente con la energía del petróleo (sin incluir los gastos que la quema de combustibles fósiles comporta para el cambio climático y los efectos sobre la salud humana). Por lo tanto, hace falta potenciarla para sacar el máximo rendimiento, siempre y cuando se respete el entorno dónde está ubicada.

También es necesario potenciar la energía solar térmica que, aunque se le presta poca atención, es igualmente competitiva económicamente y puede sustituir en gran medida la quema de gas y fuel para calentar agua (sistemas de calefacción y agua caliente doméstica e industrial). Otra fuente a potenciar es la generación eléctrica con placas solares. Esta fuente todavía necesita más investigación para poder ser competitiva, pero ya se muestra como una buena alternativa, sobre todo en aquellos lugares dónde no llega la red eléctrica.

También hace falta explorar la posibilidad de obtener energía de la biomasa en aquellos lugares dónde su producción es abundante, y aquellas fuentes que localmente son importantes como la energía geotérmica, la energía mareomotriz, entre otras.

En el campo del transporte, muchos científicos creen que el combustible del futuro será el hidrógeno. Este gas no contamina y su uso sólo genera vapor de agua. Otros combustibles alternativos que ya se están utilizando son biocombustibles como, por ejemplo, algunos aceites vegetales.

¿Qué políticas se están desarrollando? – «Pensar y actuar localmente y globalmente» podría describir la responsabilidad que las personas, los gobiernos locales y las instituciones internacionales han de asumir colectivamente para contribuir a detener el cambio climático.

El cambio climático es un fenómeno atmosférico global que tiene un origen local y, a la vez, disperso en torno a los diversos países. Por eso hace falta establecer mecanismos internacionales y políticas gubernamentales orientadas a reducir las emisiones de los gases con efecto invernadero.

En el ámbito internacional existen varios acuerdos relacionados con el cambio climático y la estabilidad atmosférica. Por ejemplo, el Protocolo de Kioto del año 1997, un documento que, en el momento que entre en vigor, comprometerá a los países signatarios a reducir, para el periodo 2008-2012, sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta un 5’2 % por debajo de los niveles de 1990. Este protocolo se negoció con el objetivo de crear un instrumento vinculante para la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (firmada en la Cumbre de la Tierra, el año 1992).

Actualmente, hay tecnología disponible para estabilizar y reducir las emisiones de los gases con efecto invernadero. Nos enfrentamos, por lo tanto, a un gran reto político. En este sentido, hace falta promover cambios en los sistemas de generación y distribución de energía y nuevas políticas de movilidad, tanto de los productos como de las personas.

¿Qué podemos hacer nosotros? – Hace falta poner al alcance de toda la sociedad la información sobre el cambio climático, las causas y consecuencias. Pero sobre todo, hace falta que la sociedad sea consciente de cuál es el papel que juega individualmente y colectivamente para encontrar soluciones.

En este sentido, muchos gobiernos locales ya están adoptando estrategias para contribuir a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero, por ejemplo, a través de los planes de movilidad urbana sostenible, la restricción de la circulación, la promoción de alternativas de transporte no contaminante y la introducción de energías renovables como la solar y la eólica para la generación de agua caliente y de electricidad.

Individualmente, las opciones son muy diversas. Algunas propuestas son: el ahorro energético en el hogar (aprovechar la luz natural y apagar las luces, moderar el uso de la calefacción y de los aires acondicionados, etc.), la adquisición de productos eficientes energéticamente (bombillas de bajo consumo o electrodomésticos eficientes), el consumo de energía procedente de fuentes energéticas renovables, reducir el uso del coche y optar por estrategias de transporte más respetuosas ambientalmente y socialmente como, por ejemplo, ir a pie o en bicicleta y utilizar el transporte público.

Aunque son los sectores de la industria y la agricultura las principales fuentes de contaminación química, muchos de nosotros contribuimos a este proceso a través de los productos de limpieza y pesticidas domésticos que utilizamos. Muchos de ellos son innecesarios o pueden ser sustituidos por productos naturales. Estas son algunas recetas que te ayudarán a limpiar tu hogar evitando que se cumpla un viejo lema: Casa limpia, planeta sucio. Para limpiar nuestro hogar tan sólo necesitamos cuatro ingredientes: agua, jabón puro, vinagre y bicarbonato sódico.

INSECTICIDAS DE PLANTAS DE INTERIOR.
Diluir 30 gramos de jabón blanco rallado en un litro de agua y añadir 250 ml. de alcohol de quemar. Rociar sobre las plantas. No dejarlas al sol después de la aplicación.

AZULEJOS:
Límpialos con un trapo humedecido en vinagre y después con otro seco.

SUELOS DE MADERA:
Agua fría con un chorro de vinagre.

DETERGENTE PARA LAVADORAS:
La alternativa natural es el jabón rallado. Con respecto al suavizante habría que preguntarse si realmente es necesario. Si a pesar de todo decides comprarlo, utiliza la dosis mínima (menos de lo que recomienda el fabricante).

HORNO:
Límpialo en caliente con agua, jabón, zumo de limón para desincrustar la grasa y bicarbonato sódico si hay que rascar.

LAVAVAJILLAS Y SUELOS:
Disolver tres cucharadas de jabón blanco rallado en un litro de agua y añadir media taza de vinagre de alcohol y el jugo de un limón. Si tienes que rascar, echa un poco de bicarbonato sódico.

ALFOMBRAS Y MOQUETAS:
Con agua y un poco de vinagre, que además ayuda a fijar los colores. Si tienen alguna mancha espolvorea un poco de bicarbonato sódico antes de aspirar.

DESINFECTANTE DEL HOGAR:
Mezcla 50-100 ml. de aceite de eucalipto en un litro de agua.

LIMPIACRISTALES:
Limpia primero con jabón puro y agua, después con una solución de una parte de vinagre con cuatro de agua.

AMBIENTADOR:
Disolver 5 ml. de bicarbonato sódico en 500 ml. de agua caliente, añadir 5 ml. de jugo de limón.

ABRILLANTADOR DE MUEBLES:
Mezclar 5 ml. de aceite de limón con 250 ml. de aceite vegetal.

ELECTRODOMÉSTICOS EN GENERAL:
Solución con bicarbonato sódico en agua o de vinagre en agua.

Para evitar ciertos insectos domésticos:

CUCARACHAS:
Taponar posibles entradas de estos insectos. Preparar pequeñas trampas, como colocar un trozo de patata cruda dentro de una botella de leche y engrasar el cuello interior de entrada.

MOSCAS:
Usar tiras de papel amarillo untadas con miel.

HORMIGAS:
Localiza el lugar de entrada y rocíalo con jugo de limón dejando la cáscara del mismo cierto tiempo. Estos insectos también rehuyen los polvos de talco o la pimienta de cayena.

POLILLAS:
Mantén tu ropa limpia, seca y bien ventilada. Puedes utilizar alcanfor, presente en muchas de las “bolas” antipolillas. Otra opción es colocar en los armarios astillas de madera de cedro o pimienta negra. Una sencilla trampa consiste en mezclar una parte de melaza con dos partes de vinagre en un pequeño contenedor. Límpialo regularmente.

GARRAPATAS Y PULGAS DE LAS MASCOTAS:
Lava a tu mascota con jabón y agua caliente, sécalo bien y rocíalo con una loción de romero. Para ello hierve en un cuarto de litro de agua media taza de hojas de romero, frescas o secas. Espera 20 minutos, cuélalo y deja enfriar la solución a temperatura ambiente. Aplica la loción sobre el cuerpo de tu mascota y deja que se seque al aire (no lo seques con toalla ya que arrastraría parte de la loción).

¿Por qué reducir su consumo de energía?

La energía es un elemento imprescindible para producir cualquier bien de consumo, es el motor que mueve el desarrollo, pero también es la causa de algunos de los problemas ambientales más graves del planeta.

Una reflexión sobre el actual modelo energético, basado principalmente en un uso ineficiente de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) nos puede hacer ver la necesidad de cambiar nuestros hábitos de consumo. En primer lugar, los combustibles fósiles cuentan con unas reservas agotables y muy concentradas en unas pocas regiones del mundo. Constituyen por tanto una fuente de energía insegura.

Por otra parte, las emisiones contaminantes que producen estos combustibles están afectando gravemente a la atmósfera y al clima del planeta. Ya nadie pone en duda el cambio climático, y algunos de los procesos humanos (industria, transporte, etc.) que generan los denominados gases de efecto invernadero.

Finalmente, existen 2.000 millones de personas sin un suministro de energía fiable, frente a una minoría mundial que consume tres cuartas partes de los recursos energéticos totales. Una situación injusta y que no se puede resolver en el marco de este modelo.

Ante esta situación es necesario un cambio en este modelo energético que pasa por reducir el consumo energético, mejorar la eficiencia y sustituir fuentes de energía convencional por renovables.

Se crea una base de datos de dominio público de patentes tecnológicas que respetan el medio ambiente

IBM, Nokia, Pitney Bowes y Sony impulsan el Eco-Patent Commons, una propuesta empresarial que pone a disposición de todos los interesados 31 iniciativas tecnológicas que protegen el medio ambiente.El Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) ha presentado el Eco-Patent Commons (EPC), una base de datos de dominio público sobre patentes tecnológicas relacionadas con el medio ambiente. Esta iniciativa está liderada por IBM, máximo impulsor de innovaciones en Estados Unidos, Nokia, Pitney Bowes y Sony.“Animar a investigadores, emprendedores y empresas de todas las industrias a crear, aplicar y desarrollar sus productos industriales o de consumo, procesos y servicios de forma que ayuden a proteger y respetar el medio ambiente”, es el objetivo de EPC, según explicó WBCSD.Algunas de las 31 innovaciones que se pueden encontrar en esta base de datos son procesos de fabricación que reduzcan la generación de residuos peligrosos, la contaminación, el consumo de agua o energía, o una solución de logística que reduzca el consumo de combustible. Por ejemplo, Nokia ha incluido una forma de reutilizar los móviles viejos convirtiéndolos en otros objetos, como cámaras digitales.Eco-Patent Commons está abierta a la participación y consulta de todos los interesados, personas individuales y empresas que quieran incorporar prácticas más respetuosos con nuestro entorno. Según Hidemi Tomita, director general de Responsabilidad Social de Sony, “para proteger con más eficacia el medio ambiente es necesario aunar esfuerzos, más que abordar esta labor en solitario”.

En casa

En nuestro hogar consumimos energía, agua, productos tóxicos, generamos residuos y podemos estar contribuyendo a la destrucción de nuestros bosques. En general, es necesario reducir nuestro consumo y evitar los materiales tóxicos. Así, agotaremos menos recursos, generaremos menos contaminación y basura y, desde luego, ganaremos en calidad de vida.ENERGÍA • Ahorra electricidad. -Usa bombillas fluorescentes compactas: consumen sólo el 20% de energía que las tradicionales y duran ocho veces más. Los tubos fluorescentes consumen poco, pero ten en cuenta que los que tienen redactancia magnética (parpadean al principio), consumen más energía en el momento de encenderlos: no los instales en habitaciones donde haya que encender y apagar la luz con frecuencia. Existen en el mercado fluorescentes cuya redactancia es electrónica (no parpadean) y que no tienen este problema. -Antes de comprar cualquier aparato pregúntate si de verdad lo necesitas. Al elegir un electrodoméstico fíjate en el consumo energético de una marca y otra, ya que puede haber hasta un 80% de diferencia. -Apaga las luces y los electrodomésticos cuando no los uses. Recuerda que la situación conocida como stand by (piloto rojo encendido) también consume energía. -Opta por la cocina/horno de gas mejor que la eléctrica. La opción más eficiente en encimeras es la vitrocerámica de gas. De las vitrocerámicas eléctricas, las más eficientes son las de inducción, ya que calientan al doble de velocidad y ahorran más de la mitad de la energía. • Ahorra calefacción. -Aísla las paredes de tu hogar para evitar pérdidas de calor. -Instala doble ventana o cristal doble. -Descarta el sistema de calefacción eléctrica. Los mejores sistemas son, por este orden: solar térmica, biogás, biomasa (briquetas, pellets o leña), gas butano, propano y gas natural. • Ahorra agua. -Bombear agua hasta las viviendas consume mucha energía. Por eso el ahorro de agua también es una buena forma de ahorrar energía. Con el agua caliente regula la temperaturaddel calentador del agua, más de 60ºC suelen ser innecesarios. Si puedes sustituye el calentador eléctrico por un colector solar térmico.

Consúltanos si tienes alguna duda

Llámanos al 948 13 40 37 o escríbenos al formulario de contacto.

Contacto

Localización

 

Persol estará cerrado por las tardes
del 18 al 22 de Marzo.
Disculpen las molestias.